La nutrición en pacientes con cáncer es un pilar fundamental, aunque muchas veces se pasa por alto.
No es un simple complemento, sino una herramienta clave para mejorar la calidad de vida y afrontar mejor la enfermedad.
Cuando hablamos de cáncer, solemos centrarnos en los tratamientos médicos: quimioterapia, radioterapia, cirugía…
Pero, ¿qué pasa con la alimentación?
La importancia de una buena alimentación en el cáncer
No es lo mismo enfrentar un tratamiento oncológico con un cuerpo bien nutrido que hacerlo con carencias alimentarias.
Un paciente con una alimentación adecuada tolerará mejor los efectos secundarios de la quimioterapia y la radioterapia, tendrá más energía y reducirá el riesgo de complicaciones.
Lo que comemos influye en:
- La capacidad del cuerpo para combatir la enfermedad.
- La tolerancia a los tratamientos.
- La prevención de infecciones.
- La recuperación tras una cirugía o terapia agresiva.
Recuerdo haber visto un video que hablaba de esto y me sorprendió cómo algo tan “básico” como la comida podía marcar la diferencia.
Lo que aún me sigue sorprendiendo para mal, es el tipo de comida que se sirven en algunos hospitales. Pero ese asunto lo voy a dejar para otro artículo.
No se trata solo de evitar la desnutrición, sino de potenciar el bienestar del paciente en todas las etapas del tratamiento.
Efectos del tratamiento de cáncer en la alimentación
Los tratamientos contra el cáncer pueden afectar la forma en que el cuerpo procesa los alimentos.
Algunos de los efectos secundarios más comunes incluyen:
- Pérdida de apetito: Puede llevar a una rápida pérdida de peso y debilidad.
- Náuseas y vómitos: Dificultan la ingesta de alimentos y pueden generar deshidratación.
- Alteración del gusto y olfato: Algunos alimentos pueden parecer amargos o insípidos.
- Dificultad para tragar: Especialmente en pacientes con cáncer de garganta o esófago.
- Diarrea o estreñimiento: Dependiendo del tratamiento y la respuesta del cuerpo.
Es fundamental adaptar la dieta a estos efectos secundarios.
En muchos casos, es recomendable comer pequeñas porciones varias veces al día en lugar de grandes comidas, optar por alimentos fáciles de digerir y mantener una buena hidratación.
¿Qué debe comer un paciente con cáncer?
No existe una “dieta mágica” para el cáncer, pero sí hay recomendaciones generales que pueden ayudar:
- Proteínas de calidad: Favorecen la reparación de tejidos y fortalecen el sistema inmune. Ejemplos: pollo, pescado, huevos, legumbres y lácteos.
- Carbohidratos saludables: Proporcionan energía. Opciones ideales: arroz integral, avena, quinoa, patatas y pan integral.
- Grasas saludables: Ayudan a absorber vitaminas y mantienen el peso. Fuentes recomendadas: aguacate, frutos secos, aceite de oliva y pescados grasos.
- Vitaminas y minerales: Mantienen el sistema inmunológico fuerte. Presentes en frutas, verduras y frutos secos.
En este sentido, una alimentación variada y adaptada a cada paciente es clave.
He visto cómo a muchos se les recomienda suplementos nutricionales, pero la realidad es que algunos no tienen buen sabor o son difíciles de consumir.
En estos casos, integrar estos suplementos en recetas caseras puede ser una excelente opción.
Señales de alarma de desnutrición en el cáncer
Uno de los mayores problemas en los pacientes oncológicos es la desnutrición.
Muchas veces, la pérdida de peso pasa desapercibida hasta que ya es un problema grave.
Señales que debemos vigilar:
- Pérdida de peso sin razón aparente.
- Sensación de debilidad extrema.
- Ropa que empieza a quedar más holgada.
- Falta de energía o fatiga constante.
Cuando escuché esto, me di cuenta de que muchas veces no le damos importancia a estos pequeños cambios.
Sin embargo, detectar a tiempo una pérdida de peso significativa puede evitar complicaciones mayores.
El papel del equipo multidisciplinar en la nutrición oncológica
La alimentación en pacientes con cáncer no debería depender solo del oncólogo.
Un equipo de especialistas, que incluya dietistas-nutricionistas y endocrinos, puede marcar la diferencia en la evolución del paciente.
He visto cómo un enfoque multidisciplinario puede mejorar significativamente la calidad de vida de las personas en tratamiento.
La combinación de tratamiento médico, nutrición adecuada y apoyo psicológico puede hacer que un paciente pase de sentirse débil y agotado a tener más energía y ánimo para enfrentar su enfermedad.
La nutrición en el cáncer no es opcional, es esencial
Muchas veces se trata la nutrición en pacientes con cáncer como un tema secundario, pero la realidad es que es una pieza clave del tratamiento.
- Una buena alimentación ayuda a tolerar mejor los tratamientos.
- Reduce el riesgo de infecciones y complicaciones.
- Contribuye a la recuperación y mejora la calidad de vida.
Si hay algo que he aprendido sobre este tema, es que no basta con “comer sano” de manera genérica.
Hay que adaptar la alimentación a cada paciente, sus síntomas y sus necesidades.
Y, sobre todo, debemos estar atentos a las señales de desnutrición antes de que se conviertan en un problema grave.
Si conoces a alguien en tratamiento oncológico, ayúdalo a entender la importancia de la nutrición.
A veces, un pequeño cambio en la dieta puede hacer una gran diferencia.
Soy dietista y coach nutricional. He ayudado a más de 2.000 personas a conseguir su peso saludable sin dietas y para siempre.
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