Hoy te voy a hablar del mito de las pastillas bloqueadoras de carbohidratos para adelgazar.
¿Te gustaría comer pasta, pizza, patatas fritas y dulces sin engordar ni un gramo?
¿Te imaginas un mundo ideal en el que los carbohidratos no dejan huella en tu cuerpo y salen de él sin aportarte calorías?
Pues deja de soñar, porque eso no existe.
Lo siento, pero alguien tenía que decírtelo.
Los bloqueadores de carbohidratos son unas pastillas que prometen hacer eso y más, pero la realidad es que no son tan efectivos como parecen.
En este post te voy a contar qué son, cómo funcionan y por qué no debes fiarte de ellos si quieres adelgazar de forma saludable.
¿Qué son los productos dietéticos bloqueadores de carbohidratos?
Los bloqueadores de carbohidratos son suplementos que supuestamente reducen las calorías que provienen de los hidratos de carbono que ingieres. Su acción es bloquear las enzimas necesarias para digerir el almidón, que es el tipo de carbohidrato más común en nuestra dieta.
Los almidones se encuentran en alimentos como el pan, el arroz, la pasta, las patatas, el maíz o los cereales.
Cuando los comemos, nuestro cuerpo los descompone en azúcares simples que se absorben en el intestino y se utilizan como fuente de energía.
Si consumimos más carbohidratos de los que necesitamos, el exceso se almacena como grasa.
Los bloqueadores de carbohidratos contienen una sustancia llamada faseolamina, que se extrae de la judía blanca.
Esta sustancia inhibe la acción de la alfa-amilasa, que es la enzima que se encarga de romper los almidones en azúcares.
De esta forma, los carbohidratos no digeridos pasan directamente al tracto digestivo y se eliminan por las heces.
¿Cómo funcionan los bloqueadores de carbohidratos para adelgazar?
Los bloqueadores de carbohidratos se suelen tomar antes o durante las comidas que contienen almidones, con la idea de que así se evita su absorción y se reduce el aporte calórico.
Sin embargo, hay varios problemas con este planteamiento.
En primer lugar, los bloqueadores de carbohidratos no son capaces de inhibir completamente la digestión de los almidones, sino solo parcialmente.
Según algunos estudios, pueden reducir entre un 25% y un 50% la absorción de los carbohidratos, lo que significa que el resto sigue entrando en tu organismo.
En segundo lugar, los bloqueadores de carbohidratos solo actúan sobre los almidones, pero no sobre otros tipos de carbohidratos como la fructosa, la lactosa o la sacarosa.
Estos azúcares se encuentran en alimentos como las frutas, los lácteos o los dulces, y también aportan calorías que pueden convertirse en grasa si se consumen en exceso.
En tercer lugar, los bloqueadores de carbohidratos pueden tener efectos secundarios indeseables, como flatulencias, hinchazón abdominal, diarrea o malestar estomacal.
Esto se debe a que los carbohidratos no digeridos fermentan en el intestino y producen gases.
Además, al interferir con la digestión normal, pueden afectar a la absorción de otros nutrientes esenciales.
¿Por qué no debes fiarte de las pastillas bloqueadoras de carbohidratos para adelgazar?
Los bloqueadores de carbohidratos pueden parecer una solución fácil y rápida para adelgazar sin renunciar a tus alimentos favoritos.
De hecho verás a muchos influencers de Instagram vendiendo esos productos sin tener ni idea de lo que son.
La verdad es que no son una buena opción si quieres perder peso de forma saludable y sostenible.
Los bloqueadores de carbohidratos no te ayudan a cambiar tus hábitos alimenticios ni a mejorar tu relación con la comida.
Al contrario, pueden fomentar una actitud irresponsable al creer que puede atiborrarte de comida sin engordar.
Esto te llevará a perpetuar hábitos poco saludables que pueden desencadenar en enfermedades graves.
Lo atajos seguros no existen.
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Soy dietista y coach nutricional. He ayudado a más de 2.000 personas a conseguir su peso saludable sin dietas y para siempre.
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